Estamos en octubre de 2021 y este es el episodio 22 del podcast, donde volvemos a nuestra serie de Iglesias en Pandemia. Hoy vamos a escuchar el testimonio de Alejandro Almonacid, joven y experimentado pastor de la Alianza Cristiana y Misionera, quien nos va a contar cómo fue desde adentro, desde su vivencia como pastor de una congregación de unas doscientas personas en el sur de Chile, la traumática experiencia que es común a casi todas las iglesias de enfrentar el trastorno creado por la pandemia del COVID 19, coronavirus.
Alejandro Almonacid ya lleva quince años como pastor de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, los últimos nueve de los cuales a cargo de la tercera iglesia de Valdivia. Como persona y pastor la fecha del 15 de marzo de 2020 le quedó grabada: fue el día que se suspendieron todas las actividades presenciales debido a la pandemia y con ello se interrumpió la vida tradicional como congregación. En su caso agradece que su interés personal por la tecnología le jugó a favor para enfrentar lo que se venía. Eso sí, reconoce que al principio tanto él como su entorno tenían la impresión de que esta drástica medida de las autoridades sería más bien de corta duración y confiaban que en un mes o poco más estarían de vuelta con los cultos y las reuniones de siempre. El tiempo les demostró primero, que estaban muy equivocados y que sería una interrupción de muy larga duración absolutamente inédita, y segundo, que no estaban preparados para lo que se venía.
Como decíamos, el gusto personal por la tecnología demostró ser muy útil para que el pastor Alejandro Almonacid comenzara a lidiar con mantener la vida de su congregación en esas primeras semanas de cuarentena. Como nadie tenía un manual que dijera qué hacer en estos casos, hizo lo que todo el mundo, intentó probando con Facebook, con YouTube, videoconferencias, en fin. En el camino fue puliendo las herramientas y estrategias para conectar a sus hermanos y brindar la dirección espiritual que se espera de un pastor. Pero el esfuerzo le pasó también la cuenta y como él mismo reconoce, fue tan abrumadora la carga que en un momento colapsó y debió acudir a la asistencia de un sicólogo y un siquiatra para un tratamiento médico que le ayudara a recuperarse física y mentalmente. Pero con la ayuda de Dios, de su familia y de la congregación, supieron salir adelante y en septiembre ya reiniciaron las reuniones presenciales ahora que las condiciones sanitarias en el país lo permiten. Bueno mejor escucharlo directamente de su protagonista, Alejandro Almonacid pastor de la iii iglesia Alianza de Valdivia.