En todo el mundo Silicon Valley encarna el poder irresistible y casi omnímodo de la tecnología de punta de nuestros días; pero hace cincuenta años no existía como tal. ¿Cómo explicar este ascenso meteórico en tan corto tiempo? ¿Y qué importancia tiene esta historia para el mundo cristiano? Para entender la génesis de Silicon Valley debemos remontarnos a la posguerra, a la situación que enfrentaba Estados Unidos tras el fin de la segunda guerra mundial. A partir de ese momento hay cinco factores importantes a considerar, a saber: la Guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética; el surgimiento de la cibernética; la contracultura de los años sesenta; las diferencias culturales entre la costa este y oeste de los Estados Unidos; y el desarrollo de la industria de los computadores.
La Guerra Fría, como muchos recordarán, es el resultado del nuevo orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial por las dos superpotencias vencedoras, Estados Unidos y la Unión Soviética. La rivalidad entre ambos poderes se expresó sobre todo en el campo militar, con una sostenida carrera armamentista, alimentada a su vez por una intensa competencia científica y tecnológica, orientada a potenciar la capacidad bélica de cada nación. La enorme presión para sostener y superar esta competencia con la Unión Soviética llevaría a una fuerte inversión pública del gobierno norteamericano en las áreas militar, científica y tecnológica durante la segunda mitad del siglo XX. Tanto el gobierno central en Washington como las instituciones estatales y militares, en alianza con universidades, empresas y centros de investigación, llevaron adelante programas de cientos y miles de millones de dólares para desarrollar tecnología que ayudara a la nación a contrarrestar el “peligro rojo”, la amenaza comunista.